¿Sabías que puedes frenar la ansiedad cambiando tu forma de respirar, soltando tensiones musculares en tu cuerpo, o sintiendo más ciertas partes del cuerpo?
El martirio de la ansiedad. La ansiedad se puede experimentar de muchas formas diferentes y darse en situaciones muy variadas en función de las persona. Hay quien la sufre al subirse a un avión, otros al tener que hablar en público o al tener que tomar decisiones importantes, otros en el trabajo y algunos la padecen de forma muy continua sin ninguna explicación lógica concreta. La ansiedad puede convertir situaciones donde podríamos estar disfrutando o aprendiendo en auténticos martirios.
Como se detecta la ansiedad. Las manifestaciones de la ansiedad son también múltiples pero tienen un carácter físico importante. Así que cuando sufrimos ansiedad podemos notar opresión en el pecho, o rigidez generalizada, nudo en el estómago, cambios en la temperatura, etc. También es habitual que aparezcan pensamientos repetitivos o obsesivos así como emociones agobiantes.
Se activan los mecanismos de supervivencia. La ansiedad supone la activación de mecanismos de alerta y defensa ante una amenaza. En el cuerpo se activan mecanismos de supervivencia útiles en situaciones de peligro real (aumento de la presión, la sangre y los pensamientos fluyen más rápidos para huir o atacar, etc.), pero que mantenidas durante tiempo acarrean malestar cuando no síntomas crónicos e incluso enfermedades.
Imaginación o realidad. Para el que está enfrente de alguien que sufre ansiedad en su día a día (por ejemplo en su trabajo, hablando con gente nueva o subiendo en un avión) es fácil darse cuenta que la amenaza que siente la persona no es tan real. La ansiedad implica tenernos que alejar de lo que sucede realmente y entrar en una especie de bucle mental que nos hace permanecer en este modo de “alerta” constante.
Desaprender la ansiedad para controlarla. Es posible aprender a controlar la experiencia de ansiedad y cortar con este bucle que nos atrapa. En mi trabajo lo hago a partir de la atención, de sentir y controlar lo que sucede en tu cuerpo y de ponerte más en contacto con el aquí y el ahora, donde los fantasmas de la ansiedad suelen ser más pequeños y más manejables que en nuestra imaginación. Hacer esto no es difícil, pero hemos olvidado a prestar atención a lo que sucede realmente con todo nuestro ser. Para controlar la ansiedad hay que desaprender la experiencia de ansiedad, ir deshaciendo todas las partes de la cadena de cosas que hacemos en el cuerpo para dejar que la ansiedad siga viviendo con nosotros. Solamente luego la ansiedad pierde su poder sobre nosotros.
Nuevas cualidades se asoman detrás la ansiedad. A menudo, cuando un cliente pasa esta barrera de la ansiedad descubre nuevas cualidades que le ayudan. En muchas sesiones donde viene un cliente aprisionado por la ansiedad, sale con una clara sensación de paz, o de ser grande y fuerte, de silencio, de serenidad o de valentía. A veces deshacerse de la ansiedad en una sesión es suficiente para que no regrese. Otras veces, la persona debe actuar de alguna forma en su vida, haciendo uso de estas cualidades redescubiertas que estaban en desuso hasta ahora.
Como se detecta la ansiedad. Las manifestaciones de la ansiedad son también múltiples pero tienen un carácter físico importante. Así que cuando sufrimos ansiedad podemos notar opresión en el pecho, o rigidez generalizada, nudo en el estómago, cambios en la temperatura, etc. También es habitual que aparezcan pensamientos repetitivos o obsesivos así como emociones agobiantes.
Se activan los mecanismos de supervivencia. La ansiedad supone la activación de mecanismos de alerta y defensa ante una amenaza. En el cuerpo se activan mecanismos de supervivencia útiles en situaciones de peligro real (aumento de la presión, la sangre y los pensamientos fluyen más rápidos para huir o atacar, etc.), pero que mantenidas durante tiempo acarrean malestar cuando no síntomas crónicos e incluso enfermedades.
Imaginación o realidad. Para el que está enfrente de alguien que sufre ansiedad en su día a día (por ejemplo en su trabajo, hablando con gente nueva o subiendo en un avión) es fácil darse cuenta que la amenaza que siente la persona no es tan real. La ansiedad implica tenernos que alejar de lo que sucede realmente y entrar en una especie de bucle mental que nos hace permanecer en este modo de “alerta” constante.
Desaprender la ansiedad para controlarla. Es posible aprender a controlar la experiencia de ansiedad y cortar con este bucle que nos atrapa. En mi trabajo lo hago a partir de la atención, de sentir y controlar lo que sucede en tu cuerpo y de ponerte más en contacto con el aquí y el ahora, donde los fantasmas de la ansiedad suelen ser más pequeños y más manejables que en nuestra imaginación. Hacer esto no es difícil, pero hemos olvidado a prestar atención a lo que sucede realmente con todo nuestro ser. Para controlar la ansiedad hay que desaprender la experiencia de ansiedad, ir deshaciendo todas las partes de la cadena de cosas que hacemos en el cuerpo para dejar que la ansiedad siga viviendo con nosotros. Solamente luego la ansiedad pierde su poder sobre nosotros.
Nuevas cualidades se asoman detrás la ansiedad. A menudo, cuando un cliente pasa esta barrera de la ansiedad descubre nuevas cualidades que le ayudan. En muchas sesiones donde viene un cliente aprisionado por la ansiedad, sale con una clara sensación de paz, o de ser grande y fuerte, de silencio, de serenidad o de valentía. A veces deshacerse de la ansiedad en una sesión es suficiente para que no regrese. Otras veces, la persona debe actuar de alguna forma en su vida, haciendo uso de estas cualidades redescubiertas que estaban en desuso hasta ahora.
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