Gerard Moré
  • Bienvenida

Decir NO! Un SÍ para tu integridad

23/1/2015

0 Comentarios

 
“Lo más importante que aprendí a hacer después de 40 años fue a decir no cuando es no”,Gabriel García Márquez

Algunos matices culturales. Uno de los temas con más trampas con los que me he encontrado es la dificultad que algunos podemos tener para decir NO. Es un tema grande, a menudo muy influenciado por la colectividad, ya sea por la tradición de una familia en particular o por la cultura de un lugar. En algunas culturas o tradiciones dar un “no” rotundo está casi prohibido o muy mal visto y, en cambio en otras, es casi obligatorio, o al menos es un signo de fortaleza. En este texto, me centraré en los aspectos más relacionados con nuestra cultura. ¿Os suena haber propuesto una cena con amigos y la gente dice sí entusiasmada, cuando luego en realidad no van? A menudo no es algo personal, es algo cultural… 

No saber decir "no", vía libre al victimismo… Algunas personas sienten especial dificultad para decir “no” a otros (a ir a una cena, a una orden del jefe, a hacer un favor a alguien, etc.). Los motivos de esta dificultad suelen ser aparentemente muy nobles: miedo a defraudar las expectativas de otros, el de deber moral, no querer quedar mal o parecer egoísta o insolidario… A veces realmente nos parece que no hay opción para un “no”, cuando un superior nos pide una tarea que no nos gusta, pero, si  éste es nuestro trabajo realmente, las posibilidades de negarnos u oponernos pueden diluirse hasta la nada. En cualquier caso, el resultado suele ser una gran inversión de energía para mantener oculto nuestro enfado o la frustración de estar aceptando algo que no queremos. Esta actitud mantenida por largo tiempo nos convierte en víctimas de los otros y tenemos la sensación de que abusan de nosotros, de que no tenemos lo que merecemos, damos más de lo que recibimos y la gente no nos respeta o valora. En otros casos, afecta directamente a la dignidad y confianza personal de la persona, que se acostumbra a ponerse por defecto por debajo de los otros, convirtiéndose realmente en una víctima.

Un ejemplo de víctima, desperdicio de energía, acumulación de enfado y pérdida de dignidad. Os quiero poner un ejemplo sacado de la película “El Apartamento”. En este fragmento podéis ver todo el proceso que sigue el señor Baxter, el protagonista de la película, para contentar las peticiones extralaborales de sus superiores, incluso por encima de su propia salud. (para los que no habéis visto la película, en el inicio de este fragmento Baxter se encuentra durmiendo con fiebre después de haber pasado varias noches en la calle) [llegar hasta el minuto 14 si no queréis mirar toda la peli]:

Imagen
Víctimas por delante y verdugos por detrás: la suciedad y mentiras que hay por debajo de nuestra sumisión. La mayoría de nosotros somos humanos, no santos. La verdad que detrás de las buenas intenciones de no decir no, se acumula de una forma dañina el enfado, la frustración y el resentimiento. Es realmente cansado y agotador hacer cosas que no queremos. Tarde o temprano, culpable o inocente, de forma consciente o inconsciente, alguien acaba pagando por nuestra insatisfacción en forma de mal humor, reproches, irascibilidad o apatía. Normalmente es alguien que consideramos por debajo nuestro y a quien inadvertidamente convertimos en nuestra víctima. Cuando decimos sí cuando queremos decir no, estamos dando a nuestro interlocutor una gran mentira. Y para mantener esta mentira y la imagen de nosotros que conlleva, se requiere otra vez grandes cantidades de energía. Algo ganamos cuando no somos claros en decir “no” cuando toca, ya sea la expectativa de recibir algo a cambio (como el señor Baxter, a quien le están prometiendo una mejor posición profesional) o simplemente el hecho de evitar el miedo de encararnos a la realidad (lo que se conoce como cobardía).

Decir "sí" pero actuar con un "no". Otras veces decimos "sí" sólo por no crear un conflicto o no poner en peligro la imagen que queremos dar a otros, pero en la realidad no aceptamos el acuerdo y no lo llevamos a cabo. En estos casos, podemos intentar actuar como nosotros queremos de forma más o menos subversiva, a veces a costa de tener que usar pequeñas mentiras o excusas o directamente olvidando nuestro compromiso. En algunas personas esta actitud las aprisiona en un bucle de enfado/frustración y de culpa/vergüenza, que pone barreras serias con las otras personas e impide el desarrollo natural de todas sus cualidades. Y también les impide decir SÍ plenamente y disfrutar de ello, pues cualquier decisión viene teñida de sospecha y frustración o la necesidad de medio esconderse.

Decir "no" puede traer sus consecuencias, entre ellas recuperar el sentido de dignidad personal. Algunas veces nos atrevemos a decir “no” y resulta que, al contrario de lo que podíamos imaginar, nada terrible sucede. En otras ocasiones, decir “no” puede tener fuertes consecuencias para nosotros, los otros y para nuestra vida. El miedo a afrontar estas consecuencias puede ser grande y es necesario armarse de valor para dar este paso que, aunque con consecuencias todavía inciertas, nos hará recuperar algo tan preciado como es nuestra propia dignidad e integridad. Aquí os pongo otro ejemplo del señor Baxter, cuando finalmente usa todo su enfado de la forma más sana: poner un límite a los abusos que recibía. Fijaros como cambia no solamente ha cambiado su actitud sino también la forma de usar el cuerpo de Baxter. [llegar hasta el minuto 1h:54min].
Imagen
Decirse NO a uno mismo también cuenta. Para conseguir lo que queremos es importante saber decir NO a lo que no queremos. Esto se puede aplicar desde decidir no distraernos con facebooks o similares cuando lo que queremos es concentración o producción; o decir “no” a la compañía de personas que “no” nos hacen sentir bien (o ni bien ni mal) cuando queremos una vida intensa, amable e interesante; decir “no” a un hábito que nos perjudica o decir “no” a nuestra pereza que nos impide conseguir lo que deseamos. Decir “no” a lo que no sirve es la puerta más rápida de que lo que queremos se acerque a nosotros.

Decir “no” cuando queremos decir “no” y ganar autenticidad se puede aprender. En los ejemplos de videos se ve que nuestra actitud frente a lo que queremos y no queremos es también una cuestión muy corporal. Se trata de una experiencia muy física y real, que no se puede aparentar, pero si se puede aprender a permitir cuando aparece. Si eres de los que le cuesta decir “no” y no te gustan sus consecuencias, te doy la buena noticia de que ésto es sólo un hábito. Todos tenemos la cualidad de ser íntegros con nosotros mismos y lo necesitamos para mantener nuestro bienestar. Puedes desaprender las creencias culturales o familiares a ser claro en decir “no”, puedes ganar nuevas opciones de como te relacionas al miedo a poner límites a los otros, puedes desarrollar más tu capacidad de ponerte límites a ti mismo y de practicar la disciplina y el compromiso contigo mismo y puedes ganar atención para notar claramente todos les efectos dañinos cuando nos traicionamos a nosotros mismos. Como siempre, te animo a que vengas a probarlo en una sesión! 
 
0 Comentarios

Tu comentario se publicará una vez que se apruebe.


Deja una respuesta.

    Idiomes

    Traducir al español
    Translate to english

    Sobre el blog

    En aquest blog trobareu informació variada sobre la meva feina: des d'activitats que faig, articles d'opinió, presentacions o promocions.

    Estaré content que deixeu els vostres comentaris!

    Archives

    Febrero 2016
    Diciembre 2015
    Octubre 2015
    Septiembre 2015
    Agosto 2015
    Julio 2015
    Enero 2015
    Marzo 2014
    Febrero 2014
    Septiembre 2013
    Julio 2013
    Abril 2013
    Febrero 2013
    Enero 2013
    Diciembre 2012
    Noviembre 2012
    Octubre 2012

    Categories

    Todos
    Article
    Atenció Al Cos
    Benvinguda
    Bienvenida
    Estar Bé
    Life Little Secrets
    Por
    Presentació
    Prezi
    Promocions
    Wellcome

    Fuente RSS

2019. Gerard Moré. Qualified Practitioner of the Grinberg Method
Telf. +34 636 224 777   
Email: info@gerardmore.com