No saber decir "no", vía libre al victimismo… Algunas personas sienten especial dificultad para decir “no” a otros (a ir a una cena, a una orden del jefe, a hacer un favor a alguien, etc.). Los motivos de esta dificultad suelen ser aparentemente muy nobles: miedo a defraudar las expectativas de otros, el de deber moral, no querer quedar mal o parecer egoísta o insolidario… A veces realmente nos parece que no hay opción para un “no”, cuando un superior nos pide una tarea que no nos gusta, pero, si éste es nuestro trabajo realmente, las posibilidades de negarnos u oponernos pueden diluirse hasta la nada. En cualquier caso, el resultado suele ser una gran inversión de energía para mantener oculto nuestro enfado o la frustración de estar aceptando algo que no queremos. Esta actitud mantenida por largo tiempo nos convierte en víctimas de los otros y tenemos la sensación de que abusan de nosotros, de que no tenemos lo que merecemos, damos más de lo que recibimos y la gente no nos respeta o valora. En otros casos, afecta directamente a la dignidad y confianza personal de la persona, que se acostumbra a ponerse por defecto por debajo de los otros, convirtiéndose realmente en una víctima.
Un ejemplo de víctima, desperdicio de energía, acumulación de enfado y pérdida de dignidad. Os quiero poner un ejemplo sacado de la película “El Apartamento”. En este fragmento podéis ver todo el proceso que sigue el señor Baxter, el protagonista de la película, para contentar las peticiones extralaborales de sus superiores, incluso por encima de su propia salud. (para los que no habéis visto la película, en el inicio de este fragmento Baxter se encuentra durmiendo con fiebre después de haber pasado varias noches en la calle) [llegar hasta el minuto 14 si no queréis mirar toda la peli]:
Decir "sí" pero actuar con un "no". Otras veces decimos "sí" sólo por no crear un conflicto o no poner en peligro la imagen que queremos dar a otros, pero en la realidad no aceptamos el acuerdo y no lo llevamos a cabo. En estos casos, podemos intentar actuar como nosotros queremos de forma más o menos subversiva, a veces a costa de tener que usar pequeñas mentiras o excusas o directamente olvidando nuestro compromiso. En algunas personas esta actitud las aprisiona en un bucle de enfado/frustración y de culpa/vergüenza, que pone barreras serias con las otras personas e impide el desarrollo natural de todas sus cualidades. Y también les impide decir SÍ plenamente y disfrutar de ello, pues cualquier decisión viene teñida de sospecha y frustración o la necesidad de medio esconderse.
Decir "no" puede traer sus consecuencias, entre ellas recuperar el sentido de dignidad personal. Algunas veces nos atrevemos a decir “no” y resulta que, al contrario de lo que podíamos imaginar, nada terrible sucede. En otras ocasiones, decir “no” puede tener fuertes consecuencias para nosotros, los otros y para nuestra vida. El miedo a afrontar estas consecuencias puede ser grande y es necesario armarse de valor para dar este paso que, aunque con consecuencias todavía inciertas, nos hará recuperar algo tan preciado como es nuestra propia dignidad e integridad. Aquí os pongo otro ejemplo del señor Baxter, cuando finalmente usa todo su enfado de la forma más sana: poner un límite a los abusos que recibía. Fijaros como cambia no solamente ha cambiado su actitud sino también la forma de usar el cuerpo de Baxter. [llegar hasta el minuto 1h:54min].
Decir “no” cuando queremos decir “no” y ganar autenticidad se puede aprender. En los ejemplos de videos se ve que nuestra actitud frente a lo que queremos y no queremos es también una cuestión muy corporal. Se trata de una experiencia muy física y real, que no se puede aparentar, pero si se puede aprender a permitir cuando aparece. Si eres de los que le cuesta decir “no” y no te gustan sus consecuencias, te doy la buena noticia de que ésto es sólo un hábito. Todos tenemos la cualidad de ser íntegros con nosotros mismos y lo necesitamos para mantener nuestro bienestar. Puedes desaprender las creencias culturales o familiares a ser claro en decir “no”, puedes ganar nuevas opciones de como te relacionas al miedo a poner límites a los otros, puedes desarrollar más tu capacidad de ponerte límites a ti mismo y de practicar la disciplina y el compromiso contigo mismo y puedes ganar atención para notar claramente todos les efectos dañinos cuando nos traicionamos a nosotros mismos. Como siempre, te animo a que vengas a probarlo en una sesión!